Películas ciencia ficción años 70 (Cine de los 70 para ver en familia, IV)

Las películas ciencia ficción años 70 han envejecido. Es un hecho. Es algo que a menudo le ocurre a la ciencia ficción más deprisa que a otros géneros. No importa lo bien hecha que esté, la profundidad de su planteamiento o la pasta que se hayan dejado en el diseño de producción: cuando pasan los años, el futuro imaginado en su momento siempre deja ver las costuras.

Teniendo en cuenta la estética desmadrada que dominaba en los 70, con sus patas de elefante, su papel pintado de colores chillones y sus ordenadores personales recién nacidos, en las películas de ciencia ficción de este periodo el envejecimiento prematuro es especialmente sangrante. Ese aspecto retro del futuro es precisamente parte de su encanto.

He seleccionado un puñado de películas ciencia ficción años 70 que puedes ver en familia, teniendo en cuenta que este no ha sido nunca un género infantil. Aún así, hay auténticos clásicos, empezando por el episodio IV de Star Wars, aptos para casi cualquier edad.

He procurado que haya un poco de todo: ciencia ficción sesuda y ciencia ficción desmadrada; películas livianas para ver con los más peques y otras que solo interesarán a tus hijos a partir de la adolescencia o la preadolescencia; títulos archiconocidos y títulos semiolvidados; y así sucesivamente.

Este artículo forma parte de la serie "80 películas de los años 70 para ver en familia". Como en todos los artículos de esta serie, te hago en cada película un breve recordatorio del argumento y te resumo las escenas más escabrosas para que puedas decidir con conocimiento de causa si te parece adecuado ver esa película con tus hijos/as. Sin embargo, como siempre digo, la última palabra (y la responsabilidad) es tuya.

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36. Almas de metal

Westworld, Michael Crichton, EEUU, 1973.
Edad: PG

Michael Crichton, el conocido autor de bestsellers como Parque jurásico, Acoso o La amenaza de Andrómeda (cuya adaptación cinematográfica bien podría figurar en esta lista), escribió y dirigió un puñado de curiosas películas en los años 70 y a principios de los 80, como esta Almas de metal que ha inspirado la famosa serie de HBO.

Un parque temático futurista ofrece a los visitantes una inmersión total en el estilo de vida de la Roma imperial, la Europa medieval y el Oeste americano, gracias a unos decorados convincentes y, sobre todo, a unos robots antropomorfos que ríete tú de Terminator. La cosa ya es bastante siniestra de por sí, pero se pone aún más entretenida cuando los robots empiezan a sublevarse.

Almas de metal es una película adelantada a su tiempo (parques temáticos, sublevación de las máquinas, ¿te suena de algo?) y, a la vez, anclada en los 70 gracias a su estética y a su montaje, de un ritmo mucho más pausado de lo que es habitual en la actualidad. El resultado es un híbrido interesantísimo que merece la pena recuperar de vez en cuando y que sigue manteniendo la tensión con mucha eficacia, en gran parte gracias a la gélida interpretación de Yul Brynner como Terminator primitivo.

Para los niños, hay que tener en cuenta que se trata de una película violenta, sobre todo en el tercer acto, con peleas típicas de los westerns aderezadas con luchas con espada, sangre de ese color rojo fosforito típico de los 70 en abundancia y algunas muertes a cámara lenta que se regodean en lo macabro aunque, hoy en día, resultan un pelín risibles. También hay una escena en la que se insinúa la práctica del sexo entre humanos y máquinas. Nada excesivo, pero conviene que le eches un vistazo antes de su proyección en familia.

37. Star Wars IV: una nueva esperanza

Star Wars IV: A New Hope, George Lucas, EEUU, 1977.
Edad: PG

¿Qué se puede decir de la película primigenia de Star Wars que no haya sido dicho ya? Recordemos, pues, lo obvio: que se trata de un medidísimo pastiche de varios géneros cinematográficos (western, aventuras medievales, space opera) y que consiguió estar en el lugar adecuado y en el momento oportuno para sobreponerse a sus limitaciones presupuestarias y argumentales y convertirse en el fenómeno de masas que todos conocemos.

No cuento ninguna novedad si digo que George Lucas siempre ha sido mejor productor que director (y él, que es un tipo inteligentísimo, lo sabe: de ahí que su carrera como director sea muy breve), pero con A New Hope consiguió dar con la fórmula mágica para fabricar la piedra filosofal del cine setentero que, de hecho, marcó un punto de inflexión en la concepción misma de la industria del cine.

Para los más pequeños, hay algo de violencia, por supuesto, pero bastante inocente y nunca sangrienta. Un personaje principal muere sorpresivamente. Hay trepidantes batallas espaciales con muchas explosiones. Nada que vaya a soliviantar a un niño/a de hoy en día curtido en LadyBug o Trollhunters. Pero te lo advierto: tu adorada Star Wars puede que aburrir soberanamente a los niños del siglo XXI. Esa es la verdad. Y es que han pasado más de cuarenta años y el cine que consumen hoy tus hijos es radicalmente distinto de aquel que imaginó George Lucas en 1977.

Sé comprensivo si eso ocurre. Los cinéfilos que ya eran maduros en los 70 recibieron a Star Wars con una mezcla de horror y desprecio. Para ellos, el no-va-más del cine de aventuras era el Robin Hood de Errol Flynn, esa película que a ti entonces te parecía aburridísima, con una peleas que daban risa. ¿Y sabes qué? Entre Robin Hood y Star Wars hay 39 años de diferencia, los mismos que entre Una nueva esperanza y El ascenso de Skywalker.

Así que no te lleves las manos a la cabeza si tus hijos prefieren la nueva trilogía a la clásica, por favor. Star Wars siempre fue una saga para niños y jóvenes, y me temo que tú ya no eres ninguna de esas dos cosas.

38. La invasión de los ultracuerpos

Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, EEUU, 1978.
Edad: PG

La mítica novela de Jack Finney ha dado lugar a nada menos que cuatro películas en las décadas de los 50, los 70, los 90 y los 2000. Y la de los 70 es, a decir de muchos, la mejor: aúna el clasicismo de la cinta original de Don Siegel de 1955 con la crudeza narrativa y los efectos especiales solventes de contemporáneas suyas como La cosa de John Carpenter (otro remake de una película de los 50, por cierto), es la más espeluznante de todas y se olvida de la paranoia anticomunista de la película original.

Relata la llegada a la tierra de unas semillas del espacio exterior que, al germinar, producen unos capullos con réplicas exactas de otros seres humanos, a los que sustituyen. Los protagonistas, mientras dan tumbos por ahí y pasan de la sospecha a la certeza, intentarán detener la amenaza antes de que sea demasiado tarde.

No te dejes engañar por la calificación PG: en la actualidad recibiría con justicia un PG-13, pero en 1978 esa categoría no existía. La película es oscura, a ratos terrorífica, en alguna ocasión muy gráfica, y siempre incómoda de ver, con esa estética raruna y ese ritmo sincopado tan característicos del cine setentero.

Sin duda, es una proyección inapropiada para los más pequeños de la casa, a los que aburrirá y asustará a partes iguales, pero encantará a los cinéfilos preadolescentes, que descubrirán en este clásico que existe otra forma de hacer cine de ciencia ficción más allá de Los vengadores y de hacer cine de terror más allá de James Wan.

39. Capricornio Uno

Capricorn One, Peter Hyams, EEUU, 1977.
Edad: PG

Aunque, personalmente, me toca mucho las narices el bulo paranoide aquel que dice que el Apolo 11 nunca llegó a la Luna, tengo que reconocer que esta peli tiene cierto encanto ingenuo y añejo.

Relata la historia de un grupo de astronautas obligados a fingir que participan en el primer vuelo tripulado a Marte, porque la gente de la NASA y del gobierno son todos unos malotes de patio de colegio que han amenazado a sus familias con hacerles pupa si no colaboran. Todo se va a la porra cuando un periodista, por supuesto más listo que todos los chupatintas del gobierno, comienza a investigar.

Mezcla de ciencia ficción, intriga política y thriller hitchcockiano, esta Capricornio Uno es una película cien por cien setentera, magníficamente rodada y montada por un artesano solvente como Peter Hyams (Atmósfera cero, 2010: Odisea dos), y lo bastante bien musicada, fotografiada e interpretada como para que uno no tenga en cuenta los agujeros de la trama. Y qué me dices de ese final sensiblero a cámara lenta. ¡Bienvenidos de nuevo al cine comercial de los setenta!

Para su visionado con los más jóvenes no plantea demasiados problemas, más allá de algunas palabrotas y de que los personajes fuman con total desparpajo en cualquier lugar, como era habitual
en la época. Quizá la escena más cruda, y la más recordada, sea la del banquete a base de ofidio. No doy más detalles. Si no la has visto, ¡que te aproveche!

40. Cuando el destino nos alcance

Soylent Green, Richard Fleischer, EEUU, 1973.
Edad: PG

Bienvenido o bienvenida a la distopía por antonomasia del cine de los 70. Nueva York, año 2022. Hambre, superpoblación, miseria y Charlton Heston. Nuestro machote es un cínico policía de vuelta de todo que sospecha que hay algo turbio detrás de la muerte de un magnate de Soylent, la todopoderosa corporación que fabrica el soylent green, un alimento supernutritivo que ha empezado a circular en grandes cantidades para paliar la hambruna.

Mitad ciencia ficción distópica, mitad filme policíaco, Cuando el destino nos alcance (incomprensible título en castellano) demuestra cuánto ha cambiado el género en los últimos cincuenta años. En aquellos tiempos de patillas extralargas y pantalones de campana, Richard Fleischer te montaba una película como esta con cuatro duros y un puñado de extras, y era capaz de agobiarte más que los apabullantes efectos especiales del 2012 de Ronald Emmerich.

Cuando el destino nos alcance es ciencia ficción reflexiva, incómoda, pausada, de la que es difícil encontrar en la cartelera actual, y además resulta inquietantemente actual. Tiene un final abrupto y anticlimático. En definitiva, no es una película apta para espectadores hiperactivos, pero hará las delicias de los jóvenes cinéfilos más exigentes.

Para tener en cuenta si la vas a ver con niños: el alcohol y el tabaco se consumen poco pero con fruición, como si fueran manjares exquisitos (estamos en los 70, ¿qué quieres?), el nivel de violencia está un poco por encima de otras películas de esta lista, el ambiente es opresivo y desagradable, y hay algunas referencias sexistas bastante pasadas de rosca (las mujeres son descritas como "mobiliario": así de cruda es la cosa). Nada que no se arregle con un poco de contextualización, desde luego, pero avisado quedas.

41. El ataque de los tomates asesinos

Attack of the Killer Tomatoes, John De Bello, EEUU, 1978.
Edad: PG

Te hago, ahora que llegamos al ecuador de nuestra selección, una propuesta arriesgada: una serie Z cutre y despendolada que mezcla ciencia ficción, humor y ¿terror? con un desparpajo que todavía hoy te dejará boquiabierto y horrorizado a partes iguales.

Los tomates se organizan para vengarse del ser humano después de soportar durante siglos el genocidio de sus congéneres. Detrás del levantamiento hay un científico loco que quiere dominar el mundo. Como ves, una idea digna de una melopea de las buenas.

Lo que distingue a El ataque de los tomates asesinos de otras películas de serie Z no es su argumento tonto, sus interpretaciones de saldo o su dirección de fotografía inexistente, sino su autoconsciencia: se trata, que yo sepa, de la primera película trash que parodia a las parodias trash. Digamos que se trata de una autoparodia, no sé si me explico.

Para los niños, aunque la película contiene escenas supuestamente violentas, están tan mal rodadas y con un presupuesto tan exiguo que resulta difícil imaginar que puedan inquietar a nadie. El mayor peligro que puede representar esta película para tus hijos o hijas es que se aficionen al subgénero de cine cutre y te pidan el teléfono móvil para empezar a rodar su versión casera de La venganza de los melocotones psicópatas.

Así que, como conclusión, si te gustan películas enloquecidas y descerebradas como Mal gusto, Plan 9 del espacio exterior o, por citar un ejemplo de éxito reciente, Sharknado, no dejes de rescatar este clásico del género. El resto de la población del planeta Tierra haría bien en mantener una mínima distancia de seguridad.

42. Encuentros en la tercera fase

Close Encounters on the Third Kind, Steven Spielberg, EEUU, 1977.
Edad: PG

Uno de los primeros bombazos de taquilla de un jovencísimo Steven Spielberg fue esta película de 1977 que narra de una forma realista y convincente un supuesto encuentro con criaturas extraterrestres, contado desde el punto de vista más interesante posible: el de un hombre corriente consumido por una obsesión.

Con solo tres películas a sus espaldas, Spielberg ya posee aquí toda la magia tras las cámaras que lo llevó a convertirse en una leyenda, y además el vigoroso desparpajo de la juventud. Apuntala en esos dos soportes una historia simple pero soberbiamente contada, que sigue sorprendiendo visionado tras visionado. Los efectos especiales continúan resultando solventes y la música de John Williams es, nunca mejor dicho, de otro planeta.

Su visionado con niños no plantea especiales problemas. La escena más impactante, sin duda, es la de la abducción del pequeño Barry (cuidado: puede asustar a los más pequeños). El principal problema con el que te puedes encontrar al verla con tus hijos/as es que se aburran. Lo siento, pero esa es la realidad. Para ellos, Encuentros en la tercera fase es una película del pleistoceno, con un ritmo y una estética tan ajenos a los estándares actuales que solo los jóvenes cinéfilos de pata negra sabrán apreciarla como se merece.

43. La fuga de Logan

Logan's Run, Michael Anderson, EEUU, 1976.
Edad: PG

Si Encuentros en la tercera fase ha resistido con nota el paso del tiempo, a La fuga de Logan le ha ocurrido justo lo contrario. Los decorados cantan, los efectos especiales dan risa y alguien olvidó quitar la etiqueta kistch a todos y cada uno de los detalles del diseño de producción. Pero eso también tiene cierto encanto, ¿verdad?

La historia, en cambio, conserva su miga (no en vano, está basada en una novela clásica de William F. Nolan): en un futuro distópico, la humanidad vive encerrada en cúpulas convertidas en burbujas ultraconsumistas donde se dispone de todas las comodidades imaginables con una única pega: a la edad de 30 años los individuos deben morir para evitar la superpoblación. El Logan del título es un Vigilante encargado de perseguir a los rebeldes que tratan de saltarse esa despiadada ley, hasta que él mismo se convierte en rebelde, claro.

Si vas a verla con niños, recuerda que hay alguna referencia sexual algo más subida de tono de lo habitual en el género, y se ve algún que otro cuerpo desnudo, pero poca cosa. También hay una pelea bastante violenta entre Logan y su antagonista, que puede provocar pavor y risa a partes iguales. En mi opinión, los jóvenes espectadores actuales quedarán más impactados por la estética setentera de la película que por esos pequeños detalles, pero aún así te lo aviso para que lo tengas en cuenta.

44. El abismo negro

The Black Hole, Gary Nelson, EEUU, 1978.
Edad: PG

Una productora por entonces en horas bajas llamada Walt Disney Pictures se lanzó en tromba a aprovechar el éxito estratosférico de Star Wars y la subsiguiente colección de secuelas espaciales. Lo más sorprendente es que la de Disney fue la más oscura e intrigante de cuantas películas del espacio se rodaron por esas fechas.

La astronave de exploración USS Palomino (en serio, ese es su nombre) descubre en las proximidades del horizonte de sucesos de un agujero negro a la USS Cygnus, desaparecida hacía años. Deciden iniciar una arriesgada maniobra de aproximación para abordar a la USS Cygnus, y entonces empiezan a ocurrir... digamos que "cosas raras".

El abismo negro fue recibida de forma tibia por la crítica y el público, a pesar de su reparto espectacular, sus efectos especiales casi siempre solventes y su argumento intrigante. Jugó en su contra que no es una space opera al estilo de Star Wars, por mucho que los publicistas se empeñaran en lo contrario, sino una pausada película de intriga espacial para todos los públicos con su puntito siniestro y un sentido del humor, personificado en un androide deslenguado, muy sorprendente.

Verla con niños no plantea demasiados problemas. Aunque se supone que es una película familiar, probablemente no es apropiada para los más pequeños (por mucho que sea una producción Disney). Hay algunas muertes, varias peleas de cierta intensidad y, hacia el final, el argumento y algunas imágenes son realmente grotescos y podrían soliviantar a los más delicados.

45. Star Trek: la película

Star Trek: the Motion Picture, Robert Wise, EEUU, 1979.
Edad: PG

Diez años después de que se cancelase la serie de televisión, y al rebufo del bombazo mundial de Star Wars, que puso de moda de nuevo la space opera, el productor Gene Roddenberry rescató al reparto original y consiguió un presupuesto astronómico y un director de postín para rodar esta película que, a pesar de que decepcionó a muchos trekkies, supuso el pistoletazo de salida definitivo a una franquicia que todavía hoy genera interesantes películas y series de televisión.

Tras varios años en el dique seco, la USS Enterprise es reconstruida y rejuvenecida y la Flota Estelar convence al capitán Kirk para que se ponga de nuevo al mando de su vieja tripulación. La misión: interceptar un cuerpo sideral que se dirige a toda pastilla en rumbo de colisión con la Tierra. Pero tranquilos, que no se trata de Armaggedon en el siglo XXIII. Hay mucha filosofía trekkie, diálogos con retranca, algo (poco) de acción y un final de lo más desconcertante.

La película ha envejecido regular, como casi todas las de esta lista, no solo por su diseño de producción, sino también por su ritmo pausado, sobre todo en su primera mitad, que puede acabar con la paciencia de más de uno. Observa, por ejemplo, la llegada de Kirk a la Enterprise: el director se toma por lo menos cinco minutos para contárnoslo. Con un par.

Pero hay que reconocerle a Star Trek: la película que tiene una atmósfera enigmática y opresiva difícil de igualar, y que el misterio que plantea, aunque se alargue como un chicle, es de lo más interesante, con una sorpresa final verdaderamente ingeniosa. Además, la factura técnica es impecable, los intérpretes están envidiablemente mimetizados con sus personajes y la música de Jerry Goldsmith se cuenta entre lo mejor de su larga carrera. Es, en fin, una película no apta para todos los paladares pero que conviene revisitar de vez en cuando.

Su proyección con niños no plantea apenas problemas, puesto que Star Trek: la película carece de escenas sangrientas o subidas de tono. La escena más impactante puede ser la del teletransportador, pero creo que, salvo a niños muy susceptibles, hoy en día provocará más sonrisas que pavor.

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La serie de artículos sobre las mejores películas clásicas de los años 70 aptas para ver en familia consta de estos ocho capítulos y un total de ochenta películas. Haz clic en los links si quieres echar un vistazo a alguna otra selección: Comedias Acción y aventuras Cine de catástrofes Ciencia ficción (artículo actual) Dramas y comedias dramáticas Cine policíaco  Cine de terror Cine de animación

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