Redes sociales
No tengo redes sociales. Esa es la verdad, y no sé cómo explicarlo sin que parezca que he cometido un crimen imperdonable.
Yo también tuve mi Twitter y mi Facebook y mi Instagram, y lo mismo alguna de esas cuentas aún existe, pero no tienen actividad.
¿Que por qué? Tengo muchas razones, todas buenas.
- No me muero de ganas por compartir con desconocidos la foto de mi desayuno número 482 o el hecho revolucionario de que he salido a caminar.
- Mi autoestima, de momento, no depende del número de corazones digitales que reciba una foto tomada con la cámara de mi móvil.
- Me fastidia mucho (por no decir que me jode un huevo, vamos) que un algoritmo decida qué debo ver, pensar o desear.
- Notición: las grandes tecnológicas te espían. Lo hacen ahora mismo, mientras lees esto. Y cuando usas sus redes sociales te espían mogollón. Si te parece eso no va contigo, o que no tienen nada interesante que sacarte, te sugiero que leas el artículo de la Wikipedia sobre capitalismo de la vigilancia y luego me cuentas.
- Por último, prefiero vivir sin la dosis extra de adrenalina que supone discutir con desconocidos que insisten en tener razón porque han visto un meme.
En fin, mejor lo hablamos tomando un café. O una caña, según la hora del día. Qué quieres que te diga: será que soy un antiguo. O a lo mejor un posmoderno.
Así que ahí lo tienes. No tengo redes sociales porque, por una razón u otra, disfruto de esa extravagante costumbre de tener vida… fuera de la pantalla. Escandaloso, de verdad.


Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Todos los comentarios de este blog están moderados para evitar spam y otras prácticas fraudulentas. Por ese motivo, tu comentario podría tardar varios días en aparecer. Por favor, ten paciencia.