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75. Astérix y las 12 pruebas
Les douze travaux d'Astérix, P. Watrin, R. Goscinny, A. Uderzo, Francia, 1976.
Edad: Todos los públicos
Según muchos, la mejor adaptación al cine de las aventuras de los aguerridos galos en su empeño de resistir al imperio romano. En esta ocasión, tienen que demostrar que son semidioses superando doce pruebas, a cual más rocambolesca, como manda la tradición desde los tiempos de Hércules.
Con los propios Goscinny y Uderzo a los mandos de la peli por segunda y última vez (la anterior fue en Astérix y Cleopatra, de 1968), el resultado no podía ser más fiel a los cómics, lo cual es un gran mérito teniendo en cuenta que esta historia es original y no está basada en ninguno.
Animación tosca y presupuesto limitado por un lado y toneladas de imaginación, mala uva y situaciones grotescas por el otro. Y, por supuesto, mucha violencia de tebeo. Tú decides si merece la pena rescatarla. A los niños de hoy en día, sobre todo si son un poco mayores y ya han desarrollado un sano espíritu crítico, la animación puede provocarles un sarpullido, pero el picor se les pasará tras los primeros minutos.
76. Lupin III: El castillo de Cagliostro
Rupan Sansei: Kariosutoro no Shiro, Hayao Miyazaki, Japón, 1979.
Edad: PG
Con todos y todas ustedes, la primera película dirigida por el gran Hayao Miyazaki.
En efecto: antes de Porco Rosso, La princesa Mononke o El viaje de Chihiro, estuvo Lupin III, el ladrón de guante blanco, atlético y desvergonzado, que viaja hasta Europa para, entre robo y robo, tratar de averiguar el origen de unos misteriosos billetes falsos casi indistinguibles de los reales.
El resumen del argumento, como en muchos animes, no hace justicia a la película, porque la trama es fragmentaria, caprichosa y excéntrica, muy del gusto nipón. Esta forma de contar historias, por supuesto, tiene sus adeptos y sus detractores. Si tú o tus hijos/as sois de los primeros o de los segundos os corresponde a vosotros decidirlo.
Los aficionados al anime no deben perdérsela, no solo porque sea la película que lanzó a la fama a Miyazaki, sino porque contiene algunas escenas, como la de la persecución en automóvil, que son una auténtica pasada, y más considerando la época en la que están rodadas.
Lupin III contiene muchas escenas de acción, tiroteos, algo de sangre, peleas con espadas... A veces hasta se pone un pelín truculenta (esqueletos, catacumbas, cosas así). Nada demasiado fuerte, pero quizá no sea la elección más adecuada si tus hijos/as son aún muy pequeños.
77. La película de Bugs Bunny y el Correcaminos
The Great American Chase, Chuck Jones y Phil Monroe, EEUU, 1979.
Edad: G
Hago un poco de trampa trayendo a la lista de cine de animación de los años 70 esta película, porque, aunque se estrenó en 1979, en realidad se trata de una recopilación de cortometrajes rodados bastante tiempo antes, apenas hilados por el hilo conductor de un Bugs Bunny convertido en cuentacuentos.
Pero qué cortometrajes. Los personajes emblemáticos de los cortos de animación de la Warner -a juicio de nueve de cada diez cinéfilos, los mejores cortos de animación que se han rodado jamás-, como el Pato Lucas, Elmer, el marciano Marvin y, por supuesto, el Coyote y el Correcaminos, reunidos en un festín que se antoja demasiado corto.
Por supuesto, los cortos rezuman violencia de tebeo y mala uva por los cuatro costados. Si eso no supone ningún problema para vosotros y tus hijos/as nunca han visto estas joyas del humor físico y absurdo, este recopilatorio es una ocasión inmejorable para dárselas a conocer.
78. Los rescatadores
The Rescuers, W. Reitherman, J. Lounsbery, A. Stevens, EEUU, 1977.
Edad: G
En una selección de cine de animación de los años 70 no puede faltar al menos un clásico Disney.
Claro que los 70 (¡y los 80!) fueron un periodo chungo en Disney: fracasos en taquilla, problemas económicos, estancamiento artístico... Desde El libro de la selva (1967) y hasta su renacimiento con La sirenita (1989), encadenaron varias películas generalmente consideradas de las más flojas del estudio. Pero también hicieron pequeñas joyas semiolvidadas como Los rescatadores.
La Sociedad Internacional de Rescate, una especie de ONU de los ratones que ayuda a niños en apuros de todo el mundo, recibe una nota de una niña que ha sido secuestrada por dos peligrosos delincuentes, y allá que se van Bianca, una de sus embajadoras más expermientadas, y Bernardo, el conserje. Sí, sí, el conserje, que además está perdidamente enamorado de Bianca.
Los rescatadores es la típica película Disney en muchos aspectos: animación excelente (para la época), algunas canciones (no demasiadas), moraleja edificante (sin ser empalagosa) y trama predecible (a menudo). Pero también es atípica en otras cosas: el ambiente es muy tétrico, a ratos casi deprimente, la villana de la función da auténtico mal rollo y los abusos que cometen con la niña secuestrada pueden poner los pelos de punta a los niños más impresionables. Avisado quedas.
79. El señor de los anillos
The Lord of the Rings, Ralph Bakshi, EEUU, 1978.
Edad: PG
Había que tener mucho valor para intentar lo que intentó el director y productor Ralph Bakshi con los medios técnicos de los años 70: ni más ni menos que adaptar El señor de los anillos mediante una combinación de cine de animación e imagen real tratada mediante rotoscopia. Es decir, dibujando directamente sobre el celuloide, como los sables láser de la primera trilogía de Star Wars.
La historia, supongo, la conoces: Frodo Bolsón, un pequeño hobbit que vive feliz y despreocupado, se ve abocado a emprender un peligrosísimo viaje al corazón de las tinieblas para destruir el anillo de poder de Sauron, el señor oscuro que quiere dominar la Tierra Media. Lo de siempre, vamos, pero contado como nunca por J. R. R. Tolkien en una trilogía de libros que marcó un antes y un después en la literatura fantástica.
El problema de El señor de los Anillos de 1978 es que, por problemas presupuestarios, se decidió resumir la mastodóntica historia en una sola película de dos horas. El resultado de esta tarea imposible es el que cabía esperar: una curiosísima película totalmente incomprensible, llena de personajes y situaciones absurdas para cualquiera que no haya leído los libros, y con una estética marciana que provocará que las cejas del espectador amenacen intenten salirse de su frente.
Contiene escenas bastante más violentas de lo habitual en el cine de animación porque no es una película estrictamente infantil, aunque muchos niños podrán verla sin demasiados problemas. Y los orcos y los nazgul pueden asustar a los más pequeños. Por cierto: las adaptaciones de Peter Jackson contienen numerosos homenajes a esta versión. En resumen: una curiosidad apta para valientes, fanáticos de Tolkien y frikis recalcitrantes en general.
80. Snoopy, vuelve a casa
Snoopy, Come Home, Bill Melendez, EEUU, 1972.
Edad: G
Es de suponer que el historietista Charles M. Schulz no podía imaginar el éxito universal que iba a tener su modesta tira cómica protagonizada por un perro con tendencia a filosofar desde el techo de su caseta cuando se publicó el primer número allá por 1950, pero ahí han quedado Snoopy, Woodstock, Charlie Brown y el resto de la pandilla: como referentes incuestionables de la cultura popular del siglo XX.
Mucho antes de la excelente adaptación de la productora Blue Sky del año 2012, se produjeron multitud de cortometrajes animados para la televisión con guiones del propio Schulz. Snoopy, vuelve a casa cuenta con el mismo equipo técnico y artístico que esos cortometrajes clásicos, pero con 81 minutos de duración. Relata la historia de la desaparición de Snoopy, que viaja a un hospital para visitar a su antigua dueña, y cómo Charlie Brown y compañía se vuelven locos para tratar de encontrarlo.
Snoopy, vuelve a casa es un musical y existen dos doblajes al español circulando por ahí: el original, con las canciones dobladas, y uno posterior, con las canciones en inglés. Tú verás cuál le va mejor a tus peques. Por lo demás, se trata de una película muy blanca y para toda la familia, aunque, a diferencia de otras películas de Peanuts, tiene algunos momentos realmente emotivos.
Bonus track. El armario del tiempo
Mortadelo y Filemón en el armario del tiempo, Rafael Vara, España, 1971.
Edad: Todos los públicos
Para terminar, un regalo que seguro que recuerdas con una mezcla de nostalgia y repelús: la primera adaptación al cine nada más y nada menos que de los cómics de Mortadelo y Filemón. Bueno, más bien la tercera adaptación, porque el mismo equipo ya había estrenado el Primer festival y el Segundo festival de Mortadelo y Filemón en 1969 y 1970.
Más que una película, El armario del tiempo es una colección de cortometrajes apenas hilvanados por una anécdota común, ese armario mágico que tanto se parece a la máquina del cambiazo.
Seamos sinceros: en estas películas, la animación es tosca; los dibujos, tan apresurados que a veces cuesta trabajo reconocer a los personajes; el sonido, pésimo; incluso hay evidentes errores de principiante como falta de coordinación entre sonido e imagen, fallos de continuidad o dibujos que faltan en mitad de una animación. Todo eso es cierto. Pero también es cierto que estas películas tienen... algo.
Ese algo, sea lo que sea, se lo debemos a Rafael Vara, un tipo que dirigió unos estudios en los que hacía animaciones para documentales y anuncios de televisión en un tiempo y un país donde nadie hacia animaciones para nada, y que un buen día se enfrascó en la imposible tarea de adaptar los cómics de Mortadelo y Filemón con un presupuesto ínfimo. No cuesta nada imaginarse a un grupo reducido de dibujantes trabajando noche y día de forma artesanal para lograr crear estas colecciones de cortos que estuvieron exhibiéndose como teloneros del estreno de la semana hasta bien entrados los años 80 y que incluso se estrenaron en otros países como México.
Y por eso, por ese algo, por ese punto de locura maravillosa de gente como Rafael Vara (la misma locura, sin duda, que llevó a Javier Fesser a intentar lo mismo muchos años después), merece la pena rescatar estos cortometrajes, poner la mente en modo niño y volver a verlos. Eso sí, si tus hijos/as tienen ya cierto ojo crítico, puede que se burlen cruelmente de ti.
Por cierto: Rafael Vara se retiró del cine después de El armario del tiempo, así que esta película también es el testamento artístico de un pionero.
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Yo recuerdo ver El señor de los anillos de peque y quedarme impresionada con los ojos rojos de los nazgul. Hace poco volví a verla con mi hijo menor y aunque el no conocía los libros ni la historia le gusto mucho, cosa que tengo que decir me sorprendió un poco. Habíamos visto la de El hobbit de dibujos antes.
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