El capítulo de hoy de esta serie de las 100 mejores películas los años 90 aptas para ver en familia lo vamos a dedicar al cine de animación, después de rescatar 11 películas de ciencia-ficcion, otras 14 de aventuras y 10 comedias románticas.
Ya sabes que cine de animación no es necesariamente sinónimo de cine infantil, pero en la mayoría de los casos esa identificación es correcta. La animación, por supuesto, no es un género en sí misma, de modo que entre estas películas podrás encontrar comedias, dramas, cine de aventuras y alguno de los inevitables musicales Disney, que en los 90 vivieron de forma sucesiva el esplendor y la decadencia.
Como siempre, junto con la ficha de la película te indico la edad recomendada según la MMPA, que es la celosa guardiana de las virtudes de la infancia en Estados Unidos y a cuyos miembros no se les pasa una, por lo que es un buen termómetro de la temperatura general de la cinta. Aunque el cine de animación suele tener calificaciones G y PG, a veces podemos encontrar alguna sorpresa. Por supuesto, la última palabra la tienes tú, que conoces el grado de madurez de tus hijos/as mucho mejor que ningún comité de expertos.
Ahora sí, vamos a empezar con este repaso a las mejores películas de los años 90 en versión animada.
36. El gigante de hierro
Brad Bird, Estados Unidos, 1999.Edad: PG
Siempre ha resultado difícil resaltar en el cine de animación más allá de la todopoderosa Disney, y en los años 90, la dorada época de La bella y la bestia o El rey león, aún más. Warner Bros lo consiguió en 1999 con esta sensacional película dirigida por Brad Bird, un tipo proveniente de Los simpson y Disney que luego dirigiría alguno de los grandes títulos de Pixar, como Los increíbles o Ratatoullie.
El gigante de hierro relata la relación entre un niño y un enorme y amnésico robot proveniente del espacio exterior. Como bien resumió la crítica de la época, se trata, en el fondo, de una versión animada de E.T., el extraterrestre, sustituyendo al monstruito empeñado en telefonear a su casa por un robot gigantesco, los años 80 por los 50 y la fiebre consumista por la paranoia anticomunista de los primeros tiempos de la Guerra Fría. Un auténtico alarde de animación, talento, humor, nostalgia pulp y buenos sentimientos que, por fortuna, nunca llega a caer en el pastelazo sentimentaloide. Un peliculón, vamos.
37. La bella y la bestia
Beauty and the Beast, Gary Trousdale y Kirk Wise, Estados Unidos, 1991.
Edad: G
Disney inauguró la década con la estimable y olvidada Los rescatadores en Cangurolandia, un digno representante del estilo más clásico de la aventura disneyana que, sin embargo, continuaba la senda trillada que había llevado a la productora a sus cotas más bajas de creatividad en los años 70 y 80.
La bella y la bestia, en cambio, apostó por continuar la senda abierta por el exitazo de La sirenita (1988), y que, en esencia, consistía en rescatar viejos cuentos de corte romántico, modernizarlos un poco según el signo de los tiempos y aderezarlos con un puñado de canciones pegadizas. El resultado fue una película de animación que arrastró a los cines y dejó boquiabiertos a pequeños y a grandes.
Vista hoy, la historia de la chica falsamente liberada que acude resuelta al castillo encantado donde un monstruo ha secuestrado a su anciano padre, parece mucho menos revolucionaria de lo que resultó en su momento, en incluso algunas escenas chirrían por sus errores analógicos en esta época de perfección digital. Pero eso inaprensible que llaman magia sigue intacto: es lo que tienen las obras atemporales.
La banda sonora de Alan Menken (con letras de Howard Ashman) es, por supuesto, antológica. En la escena del baile se utilizaron unos primitivos decorados generados por ordenador que dotaron a la cámara de una movilidad nunca vista hasta entonces. Ah, y cuidado: los más pequeños pueden asustarse las primeras veces que aparece Bestia.
38. Aladdin
Aladdin, John Musker y Ron Clements, Estados Unidos, 1992.
Edad: G
La siguiente película del estudio después de La bella y la bestia tenía el listón muy alto. A juicio de la mayoría, no lo superó, aunque no falta quien dice que Aladdin es la mejor película de Disney de todos los tiempos. Más allá de los juicios absolutos, estamos ante una película de aventuras arquetípica, con héroe muy bueno, muy honrado y muy pobre que salva a la pobre niña rica que huye de un patriarcado para caer en otro, mientras un oscuro villano trata de hacerse con la lámpara maravillosa donde se encierra el genio que ha de concederle los tres deseos con los que dominará el mundo.
El verdadero protagonista de la película es, por supuesto, el genio, interpretado por Robin Williams en la versión original, cuya verborrea imparable debió de suponer una pesadilla para los animadores. Trepidante, adictiva y más simple que el mecanismo de un botijo, el único error de Aladdin es, posiblemente, intentar repetir el éxito de su predecesora jugando en la misma división.
Como curiosidad, la animación por ordenador (la alfombra voladora, la cabeza del tigre a la entrada de la cueva de las maravillas, la lava…) ha envejecido horriblemente y se siente mal integrada con la animación tradicional. Cuidado, de nuevo, con el villano, que puede asustar a los más pequeños cuando, hacia el final, se transforma en un genio maligno y todopoderoso.
39. El rey león
The Lion King, Rob Minkoff y Roger Allers, Estados Unidos, 1994.
Edad: G
De los jerifaltes de Disney a lo largo de la histora pueden decirse muchas cosas, pero no que sean tontos. Si no, la compañía no hubiera sobrevivido durante décadas a todas las crisis imaginables ni sería ahora una de las más poderosas del mundo en su sector. En los 90 dieron una muestra formidable de su capacidad de reacción y adaptación cuando, tras los discretos resultados de Aladdin, decidieron cambiar el tono y pasar de los cuentos de hadas más o menos oscuros a esta adaptacion zoofílica de Shakespeare.
Mufasa es un rey sabio y justo. Scar es su hermano ambicioso hermano, capaz de cualquier cosa por hacerse con el trono, aunque eso implique quitar de enmedio a su sobrino Simba, el heredero legítimo. Y lo hará con la connivencia de las hienas y de la forma más cruel posible: haciendo que Simba se crea culpable de la muerte de su padre.
Rob Minkoff y Roger Allers dirigieron con brío esta celebrada reinterpretación del Hamlet shakesperiano en la que para muchos es la mejor película de Disney de todos los tiempos. Compartas o no esta opinión, no se puede negar que El rey león es un producto de una calidad intachable, que logra hacer eso tan complicado que es fascinar a espectadores de todas las edades. Eso sí, la historia del exilio de Simba es extremadamente cruel, lo que debes tener en cuenta si tus hijos/as son muy impresionables.
40. Mulan
Mulan, Barry Cook y Tony Bancroft, Estados Unidos, 1998.
Edad: G
Desde las alturas de La bella y la bestia y El rey león resultaba fácil descalabrarse. No ocurrió así o, al menos, no inmediatamente, porque los estudios del ratón aún tuvieron tiempo y talento para producir un puñado de películas si no excelentes sí muy estimables antes de la profunda crisis creativa que a principios del siglo XXI lo llevó a perpetrar títulos como Zafarrancho en el rancho o Chicken Little.
Con Mulan se arriesgaron con una historia de corte claramente feminista: el ejército mongol está invadiendo la China medieval y el Emperador ordena reclutar a un hombre de cada familia para defender el país. Mulan, hija única de un matrimonio conservador y acomodado, se hace pasar por hombre para sustituir a su padre, demasiado anciano para luchar. Disfrazada de ese modo, será testigo privilegiado del rudo modo de vida masculino en una sociedad profundamente misógina, donde su acción está castigada con la pena de muerte. Con su astucia y su valor, Mulan conseguirá salvar a China y lograr que incluso el Emperador acabe inclinándose respetuosamente ante ella.
Vale: Mulan es predecible, está contada de forma apresurada, los números musicales empiezan a resultar cansinos y los animalillos supuestamente graciosos que acompañan a la protagonista deberían acabar como postre en una barbacoa, pero sigue siendo una muestra de animación impecable y un buen punto de partida para trabajar la coeducación en casa.
41. Hércules
Hercules, John Musker y Ron Clements, Estados Unidos, 1997.
Edad: G
A medio camino entre las grandes obras del estudio Disney y las grandes catástrofes, hay un puñado de películas atípicas encabezadas por este Hércules de 1997. Cuando el estudio comprendió que no podía seguir repitiendo la fórmula del cuento clásico y romántico almibarado se lanzó a explorar territorios más arriesgados, como esta versión desmitificadora de la mitología griega, donde conoceremos las aventuras de Hércules, una especie de Superman helénico a quien Hades, el dios del inframundo, quiere destruir porque es el único que puede trastocar sus planes para derrocar a Zeus y gobernar en el Olimpo.
Hércules es una película extraña en lo visual, con un diseño de personajes bastante atrevido, y enloquecida en lo argumental, dejando de lado la aventura puramente romántica en favor del humor (a veces absurdo) y el ritmo más endiablado. Un camino que la productora continuó explorando con desigual fortuna en El emperador y sus locuras o Zafarrancho en el rancho. Todo esto convierte a Hércules en una película irregular pero irresistible, con un villano espectacular, un héroe imperfecto y una heroína que recuerda a las vampiresas del viejo cine negro más que a las típicas princesas Disney. Eso sí, los estudiosos de la cultura clásica pueden sufrir sarpullidos.
42. Pocahontas
Pocahontas, Mike Gabriel y Eric Goldberg, Estados Unidos, 1995.
Edad: G
Cierro esta sublista de películas Disney (inevitablemente mayoritarias en cualquier recopilación que hable de cine de animación) con una de las representantes de los productos fallidos de la compañía. Pocahontas es una película cargada de buenas intenciones pero que nunca acaba de funcionar. Y eso que, en principio, lo tiene todo: una historia sencilla pero con grandes posibilidades dramáticas, una factura técnica impecable y la banda sonora del incombustible Alan Menken. El resultado, sin ser despreciable, da la sensación de quedarse a medio camino en todo y de resolverse de forma apresurada y chapucera.
Relata la historia de Pocahontas, hija del jefe de una tribu india en la América del Norte del siglo XVII. La llegada de un navío inglés tripulado por un puñado de aventureros y comandado por un gobernador sin escrúpulos que viene con la sana intención de esquilmar la tierra, quedarse con todas las riquezas y sojuzgar a los aborígenes (como vemos, las sutilezas de carácter nunca han sido un fuerte de las películas Disney) trastocará la vida del tranquilo poblado. Una serie de malentendidos parece abocar a las dos partes a un enfrentamiento armado. Sin embargo, todo cambia cuando Pocahontas y uno de los hombres de la expedición, John Smith, se conocen fortuitamente y se enamoran.
A pesar de sus problemas, Pocahontas cuenta con algunas escenas de factura impecable, unos cuantos números musicales antológicos y una heroína fuerte e independiente capaz de tomar decisiones por sí misma. Pero, sobre todo, Pocahontas se recuerda por haber tenido la valentía de prescindir del "y vivieron felices para siempre" que hasta entonces parecía obligatorio en este tipo de películas.
43. Porco Rosso
Kurenai no buta, Hayao Miyazaki, Japón, 1992.
Edad: PG
La leyenda de Ghibli, ese estudio de animación japonés que parece genéticamente incapacitado para producir si quiera una mala película, se inició en los 80 con Mi vecino Totoro o La tumba de las luciérnagas. Pero esas películas llegaban con cuentagotas a occidente, en una época en la que internet no existía o estaba dando sus primeros y balbucientes pasos. Porco Rosso, sin embargo, aunque dos años después de su estreno japonés, se estrenó en cines en España y tuvo un éxito notable, haciendo que el nombre del mago detrás de las imágenes, en incomparable Hayao Miyazaki, empezara a sonar con fuerza en la memoria de los cinéfilos de este lado del mundo.
Poco Rosso narra la historia de un piloto de combate italiano durante el periodo de entreguerras que, por una misteriosa maldición, acaba convertido en cerdo. Lejos de arredrarse por ello, ejerce con su hidroavión de cazarrecompensas y azote a los piratas del Adriático, combatiendo sin descanso contra los totalitarismos que asolaban Europa. Inocente fábula política, gozosa aventura épica de raíces románticas y de realización portentosa, Porco Rosso es una obra maestra imprescindible para cualquiera al que le guste el cine de animación o, simplemente, el Cine con mayúsculas.
44. La princesa Mononoke
Mononoke-hime, Hayao Miyazaki, Japón, 1997.
Edad: PG-13
La obra maestra de Miyazaki y su equipo de colaboradores habitual no solo debería figurar entre las mejores películas de los años 90, sino entre las mejores de todos los tiempos. La princesa Mononoke no es, sin embargo, una película apta para todos los paladares. Narra la historia de Ashitaka, un joven guerrero que, para defender a su poblado, mata a uno de los últimos dioses que defienden el bosque del que depende el sustento de todas las criaturas vivas.
En La princesa Mononoke, Miyazaki vuelve a sus lugares comunes tanto temáticos (la defensa de la naturaleza, los humanos como depredadores insaciables, la inocencia y la imaginación como tablas de salvación) como formales (el dibujo preciosista, el aliento épico, el apabullante sentido narrativo), llevándolos hasta alturas inalcanzables. Miyazaki se confirmó con La princesa Mononoke como uno de los cineastas más grandes de todos los tiempos. Su temática, su ritmo y su duración puede que no sean del gusto de todo el mundo, pero cualquiera con un mínimo de sensibilidad (y la mayor parte de los niños suelen tenerla intacta) quedarán hipnotizados. La calificación PG-13 se debió, sobre todo, a ciertas escenas violentas que, sin ser excesivas, sí pueden hacer esta película inapropiada para los más pequeños. Como siempre, es tu decisión.
45. Toy Story
Toy Story, John Lasseter, Estados Unidos, 1995.
Edad: G
John Lasseter, como un moderno Prometeo, robó el CGI de los dioses y se lo regaló a los humanos. Toy Story fue la primera película completamente generada por ordenador de la historia del cine y, como hoy sabemos, cambió la forma de hacer cine para siempre. Después de varios intentos en forma de cortometrajes progresivamente más ambiciosos, Lasseter pensó, contra todo pronóstico, que la tecnología ya estaba suficientemente madura como para intentar sacar adelante un largometraje.
Lo que ocurrió después es Historia del Cine. Tras sobreponerse a innumerables retos técnicos y varios años de trabajo febril, llegó a nuestras pantallas esta historia sobre unos juguetes que cobraban vida cuando los humanos no estaban presentes. Lo que podía haber sido una simple historieta al servicio de la nueva técnica de animación se convirtió en un prodigio de imaginación, en una aventura trepidante plagada de personajes de plástico y tela que, curiosamente, parecían más humanos y nos despertaban más empatía que muchos de los personajes de carne y hueso de otras películas de la época.
Aunque su técnica de animación ha quedado ampliamente superada, Toy Story ha envejecido de forma más que digna y todas las marcas de la casa Pixar (el sentido del ritmo, la imaginación desbordante, la mezcla infalible entre humor y ternura...) ya están presentes aquí con una nitidez pasmosa. Cuatro años después nos llegó Toy Story 2, una secuela que obraba el milagro de superar a su antecesora en casi todos los aspectos. Y ya en 2010, los genios de Pixar consiguieron el más difícil todavía al mejorar lo inmejorable con una tardía secuela, Toy Story 3.
(En el momento de escribir esto, se encuentra en producción Toy Story 4, cuyo estreno está previsto para 2019)
46. Bichos
A Bug's Life, John Lasseter, Estados Unidos, 1998.
Edad: G
El segundo largometraje de Pixar supuso una leve decepción por la grandes expectativas despertadas con Toy Story. Puede que Bichos no alcance el nivel de excelencia de Toy Story, e incluso puede que sea la película más endeble de la primera década prodigiosa de existencia del estudio (la década en la que vieron la luz títulos míticos como Buscando a Nemo, Monstruos S.A. o Los increíbles), pero aún así es una película muy estimable, rodada con un sensacional sentido del ritmo y de la aventura, con momentos cómicos muy logrados y un mensaje de fondo muy interesante.
Narra la historia de un hormiguero que se ve acosado verano tras verano por una banda de saltamontes macarras para los que deben recoger comida bajo amenazas y coacciones. Presas de la tradición y de un enfermizo sentimiento de inferioridad, las hormigas jamás se han planteado hacer frente a los saltamontes hasta que Flik, una hormiga peculiar y algo excéntrica, hace desaparecer por accidente la ofrenda a los saltamontes y desata su furia. Entonces las hormigas ponen en marcha un plan desesperado para conseguir ayuda de un grupo de héroes, en el mejor estilo de Los siete samurais, en una rocambolesca aventura que acabará despertando la conciencia de la propia fortaleza de las hormigas.
47. Chicken run: evasión en la granja
Chicken Run, Peter Lord y Nick Park, Reino Unido, 2000.
Edad: G
En plena efervescencia del cine realizado íntegramente por ordenador, con Pixar y Dreamworks dándose codazos por copar el mercado, no dejó de tener su gracia que un par de benditos chiflados llamados Peter Lord y Nick Park se empeñasen en rodar un largometraje con muñecos de plastilina animados a mano mediante la vetusta técnica del stop motion. El resultado solo puede calificarse de espectacular a nivel técnico. Y la buena noticia es que a nivel argumental no se queda corta.
Con referentes tan dispares como la Rebelión en la granja de Orwell o La gran evasión de John Sturges, Chicken Run narra con humor y buen ritmo la historia de un grupo de gallinas prisioneras en una granja que intentarán una y otra vez escapar de sus malvados captores humanos. Los adultos encontrarán en ella una segunda lectura de lo más interesante, y para los niños supondrá una aventura diferente, plagada de valores positivos como la necesidad de trabajar en equipo y de no rendirse ante las dificultades. Además, nunca volverán a mirar del mismo modo a los pollos del supermercado ni, por supuesto, a la inofensiva plastilina.
48. Pesadilla antes de Navidad
Nightmare before Christmas, Henry Selick, Estados Unidos, 1993.
Edad: PG
Erróneamente atribuida a Tim Burton (que solo ejerció como productor y autor de la historia original), el verdadero mago tras las cámaras es el gran Henry Selick (James y el melocotón gigante, Los mundos de Coraline). Rodada en un fascinante stop motion, Pesadilla antes de Navidad es el paraíso de los amantes de los cuentos góticos. Una historia breve y simple, mucho más blanca, en el fondo, de lo que su título y su aspecto sugiere, donde la forma está muy por encima del fondo y donde la verdadera protagonista, además de la fascinante animación de Selick y su equipo, es la partitura compuesta por Danny Elfman.
En el país de Halloween, Jack Skellington sufre una crisis vital: está aburrido de repetir año tras año los mismos trucos. Un día descubre la Navidad y siente que eso es lo que él, en el fondo, quiere hacer, de modo que, ni corto ni perezoso y con la mejor intención, decide suplantar a Santa Claus. Los resultados, por supuesto, son tan catastróficos como divertidos. Este argumento es una simple excusa para que podamos transitar boquiabiertos por los fascinantes decorados de Halloween, para que podamos contemplar esas figuras trágicas atrapadas en su propia monstruosidad no exenta de sentimientos, y para que asistamos a un puñado de números musicales divertidos a la par que sobrecogedores. Por favor, a pesar de la calificación PG, absténganse los niños más impresionables o no podrán dormir hasta la edad de jubilación.
Bonus track: La leyenda del viento del norte
Ipar aizearen erronka, Maite Ruiz de Austri, Carlos Varela y Juan Bautista Berasategi, España, 1992.
Documentándome para escribir este artículo me he topado con esta semidesconocida y rocambolesca producción vasca de 1992 que conoció una limitada carrera comercial fuera de Euskadi pero que, incluso así, tuvo una secuela en 1994 y dio origen a una serie de televisión, supongo que debido a ese punto de locura que tienen a menudo los creadores y productores cinematográficos. La información confiable disponible en internet acerca de esta película es escasísima. No me atrevo a recomendártela por dos razones: no he tenido ocasión de verla y, en la actualidad, es prácticamente inencontrable. No obstante, ahí queda la mención de esta rareza de la animación en España en una época en la que apenas se hacía animación en España.
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La serie de artículos sobre las 100 mejores películas los años 90 aptas para ver en familia consta de estos ocho capítulos:
- #1-#11: 11 películas de ciencia-ficcion de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #12-#25: 14 películas de aventuras de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #26-#35: 10 comedias romáticas de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #36 - #48: 13 películas de animación de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #49 - #57: 9 películas de acción de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #58 - #74: 17 comedias familiares de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #75 - #83: 9 películas de terror de los años 90 para ver con tus hijos/as
- #84 - 100: 17 películas dramáticas de los años 90 para ver con tus hijos/as
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