Literatura infantil y juvenil escrita por... ¿niños?

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Hay mucha literatura infantil y juvenil circulando por ahí, pero muy poca literatura infantil y juvenil escrita por niños.

Helena Moreno tenía once años cuando comenzó a escribir Dr. Harleck, psicópata y doce cuando terminó de revisar las últimas pruebas de impresión. Fue un año intenso, de incertidumbres, confinamientos y relaciones a distancia.

Nada de eso la distrajo. Trabajó incansablemente hasta que el libro estuvo escrito, revisado y editado.

¡Once años!

Pero espera, que aún hay más: durante los meses siguientes, agarró el teclado y, en los ratos libres entre deberes, extraescolares, aficiones y encuentros con las amigas, escribió El castillo de Hurrie Bones.

Tenía doce años cuando lo escribió y trece cuando por fin pudo verlo publicado.

¡Doce años!

No sé qué será de Helena Moreno en el futuro; si se dedicará profesionalmente a la escritura o a la cría del champiñón, si será atleta u oficinista. Lo que sí sé es que, si ha sido capaz de autopublicar dos libros con esa edad, podrá hacer cualquier cosa que se proponga.

¿Qué cómo son estos dos libros?

Uf, qué pregunta más difícil.

No son los ejemplos de literatura infantil y juvenil escrita por niños que probablemente esperas, porque no parecen libros escritos por una niña de 11 o 12 años. Y, al mismo tiempo, sí lo parecen.

No lo parecen en el sentido de que están muy bien escritos. Con un lenguaje claro y directo, desde luego, pero bien empleado, con diálogos ágiles y un trama sencilla y lineal pero en absoluto simple.

Y sí lo parecen porque Helena pasa olímpicamente de ciertas cosas que nos preocupan mucho a los autores adultos, incluso cuando escribimos literatura infantil y juvenil. 

Cuando los adultos escribimos para niños, intentamos recordar al niño que fuimos una vez, intentamos ponernos en su lugar y hablarle directamente. Los mejores autores de literatura infantil y juvenil a veces lo consiguen. Los mejores entre los mejores lo consiguen casi siempre.

Pero inevitablemente en nuestro texto se cuela la experiencia adulta. Que si a este personaje hay que caracterizarlo mejor, que si este giro de la trama aparece demasiado pronto o demasiado tarde, que si la estructura del segundo acto no me termina de convencer...

Paparruchas que a los niños les importan poco.

El resultado es que Dr. Harleck, psicópata y El castillo de Hurrie Bones son dos historias de aventuras desprejuiciadas, libérrimas y con un punto de locura. Algo que jamás hubiera salido de la pluma de un adulto.

La literatura infantil y juvenil escrita por niños es completamente diferente de la escrita por adultos. Por eso son dos libros tan especiales.

A día de hoy, Helena Moreno está a punto de empezar 2º de la ESO y (apuesto a que lo imaginabas) ya tiene otra historia en el horno. Y sí, es mi hija mayor. Lo cual no resta ni un ápice de mérito a lo que ha conseguido hasta ahora, ¿no te parece?



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